Uno de los mayores placeres que tenemos en la vida es comer. A veces nos sentimos culpables por tomar determinados alimentos, pero eso se acabó, porque disfrutar comiendo y no sentirse culpable, es posible.
Llevar una alimentación equilibrada y saludable es totalmente compatible con comer rico. Hay infinidad de platos sanos que están deliciosos y que puedes incluir en tu menú.
Ensaladas: variedades para todos los gustos
Las ensaladas son una receta que tiene muchas posibilidades. Escoge los ingredientes que más te gusten y crea tu propio plato. Desde la clásica con lechuga, tomate y atún hasta las más veraniegas con aguacate.
Lo importante, condimentarla con un chorrito de aceite virgen extra. El toque perfecto para tus ensaladas y recuerda añadirle siempre proteína.
Pastas: prueba las integrales
La pasta, ese plato que podríamos comer a diario. Como esto no sería la mejor opción para no sentirte culpable de comerte una ración de pasta, te aconsejo que pruebes las integrales o las elaboradas con vegetales.
Añade proteína y combínalas con verduras, saltéalas con gambas y almejas o con un poquito de ajo y perejil. ¡Una delicia para el paladar!
Legumbres: con verduras, ¡todo un descubrimiento!
Las legumbres aportan fibra, hierro y un alto contenido en proteínas. Las puedes cocinar con verduras con un trocito de jamón para añadirles sabor.
Además de los platos tradicionales, las legumbres también pueden usarse para preparar hamburguesas vegetales, elaboradas, por ejemplo, con lentejas. También está la opción de preparar hummus de garbanzos, otra receta que es siempre un acierto.
Pescados y carnes: al horno o a la plancha
Una manera de cocinar pescados y carnes, y conservar su sabor, es utilizando el horno o haciéndolo a la plancha.
Estos platos se preparan en un abrir y cerrar de ojos y puedes combinarlos con los ingredientes que más te gusten, por ejemplo, con unas patatas panaderas, ideales para hacer en el horno.
Todas estas ideas te servirán para preparar deliciosos platos con ingredientes habituales, disfrutar comiéndotelos y lo que es más importante, no sentirte nada culpable. ¡Qué aproveche!